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7 formas en las que podrías estar saboteando el valor de tu vivienda

Solo en febrero se cerraron 59.682 compraventas de viviendas, un 13,9 % más que hace un año, según el INE. Las cifras no mienten: hay movimiento, hay demanda. Pero también hay mucha oferta. Competencia. Propiedades que brillan y otras que languidecen en los portales durante meses, como si fueran invisibles.

Y en ese contexto, surgen preguntas incómodas:
¿Por qué algunos pisos se venden en dos semanas y otros tardan medio año? ¿Por qué tu vecino ha cerrado en 315.000 € y tú no pasas de 290.000 €?

Spoiler, no siempre es cuestión de suerte. Muchas veces, el problema está dentro. En decisiones o indecisiones que pasamos por alto. 

Sobrevalorar tu vivienda: el sesgo del apego

Tu casa no vale lo que tú crees que vale. Vale lo que el mercado está dispuesto a pagar. Pero ese es un pensamiento difícil de digerir cuando hay recuerdos, emociones y una hipoteca que aún se arrastra.


Sin embargo, en un mercado que, según el Registro de la Propiedad, mueve más de 117.000 compraventas mensuales, los compradores no compran historias, compran metros útiles, ubicación y eficiencia energética.

Una vivienda anunciada por encima del precio medio de zona languidece. Pierde el efecto novedad. Acaba rebajada. En ocasiones, hasta por debajo de su precio real. Pide una valoración independiente e intenta no discutir los datos.

Mostrar la casa sin mostrar su potencial

Entrar a una vivienda en venta y encontrarse ropa en las sillas, juguetes por el suelo y luces fundidas es como ir a una entrevista de trabajo en pijama. El comprador no quiere ver tu casa. Quiere ver su futuro.

Y si eso no está claro desde la primera visita, desconecta emocionalmente. Esa vivienda ya no es tu hogar, es un producto. Y si no lo entiendes así, perderás dinero.

Fotografías que matan la primera impresión

La mayoría de los compradores hacen scroll como quien pasa páginas de una revista. Si la primera imagen no engancha, ni siquiera leerán la descripción.

Y aquí no hablamos de filtros. Hablamos de composición, luz natural, ángulos y narrativa visual. Una buena foto no es una imagen bonita. Es una invitación a imaginar una vida.

No entender cómo funciona la visibilidad online

Publicar en un portal inmobiliario es solo el primer paso. Pero el verdadero campo de batalla es el algoritmo.

Los portales premian las fichas nuevas, las que reciben clics, las que tienen fotos de calidad, textos únicos y descripciones completas. Una propiedad que no se actualiza, no se promociona o no se optimiza para SEO, desaparece de los radares en cuestión de días.

Y esto es crucial: si nadie ve tu vivienda, nadie hará una oferta.

Pensar que puedes esconder los defectos

Hay quien cree que tapar una humedad con pintura o colocar un mueble delante de un enchufe roto es suficiente para engañar. Error. Los compradores y sus técnicos saben mirar.

Y lo que encuentran no solo son problemas: son motivos para negociar a la baja.

La transparencia no solo es ética. Es rentabilidad a largo plazo. Una vivienda con diagnóstico claro y documentación completa vende más rápido.

No tener los papeles en regla: el elefante invisible

A nadie le interesa una vivienda que “ya está casi regularizada”. La inseguridad jurídica echa para atrás incluso a los compradores más interesados. En febrero de 2025, se inscribieron en los registros de la propiedad más de 200.000 fincas. Cada una, con su expediente. Certificado energético, nota simple, planos, cédula... La venta comienza mucho antes del primer clic. Empieza en el Registro.

Creer que puedes hacerlo todo tú

Este es el más frecuente. Y también el más caro.

Poner el precio, hacer las fotos, negociar, preparar la casa, estudiar el mercado, redactar los anuncios, contestar llamadas, filtrar curiosos… Y además, trabajar.
No eres agente inmobiliario. Ni tienes por qué serlo. Pero estás compitiendo con ellos.

¿Resultado? Tardas más, desgastas el proceso y acabas vendiendo por menos. Siempre por menos.

¿Qué es lo que realmente pierdes?

Una vivienda mal presentada, mal anunciada o mal gestionada no solo tarda más en venderse. Se devalúa.
No hay que mirar solo el precio de cierre. Hay que sumar los meses de gastos, los descuentos, las oportunidades perdidas.

Y entonces, de pronto, ese error que parecía menor se convierte en una diferencia de 15.000 o 25.000 € en el resultado final.

¿Vas a vender tu casa en 2025? Hazlo con un equipo que sabe lo que hace. En eXp España, no solo vendemos inmuebles. Analizamos el mercado, marketing digital avanzado y una red de agentes conectados a nivel nacional e internacional.

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Presentación del modelo de negocio