Una pregunta que muchos agentes y agencias se hacen. Y no es para menos.
El mercado inmobiliario español sigue en plena ebullición. Y no hablamos solo de cifras récord de compraventas, sino del peso, cada vez más relevante, que tienen los compradores extranjeros. Gente que viene con poder adquisitivo, con y con decisión. Y que sabe exactamente lo que quiere.
Ahora bien, ¿cómo atraerlos si no formas parte de una red internacional? ¿Es posible? Sí, pero no es fácil. Y ahora lo veremos.
España ha comenzado 2025 con una actividad inmobiliaria muy por encima de lo esperado. Según los últimos datos del INE, entre enero y marzo se formalizaron más de 183.000 compraventas, lo que representa un crecimiento del 20 % respecto al mismo periodo del año anterior. Solo en marzo se cerraron 62.808 operaciones, una cifra que refleja la intensidad con la que se está moviendo el mercado en este arranque de año.
El precio de la vivienda tampoco se ha quedado atrás. De hecho, ha registrado una subida interanual del 12,2 %, el mayor incremento en los últimos 18 años. El desequilibrio entre la oferta, que sigue siendo muy limitada, y una demanda que no deja de crecer está generando una presión cada vez más evidente en el sector, con tensiones claras en precios y disponibilidad.
Pero lo más relevante para quienes trabajan con compradores, como tú, está en otro dato clave: más del 14 % de las operaciones fueron realizadas por extranjeros, y en determinadas zonas del litoral o en grandes ciudades ese porcentaje supera ya el 20 %.
¿Quiénes están comprando? Principalmente alemanes, que representan el 16,6 % de las solicitudes de hipoteca extranjera, seguidos de cerca por británicos (14,2 %), además de suizos, estadounidenses, franceses y otros perfiles internacionales. Todos ellos con ingresos medios superiores a 6.500 € al mes, con presupuestos que rondan o superan los 180.000 €, y con algo en común: buscan un proceso de compra ágil, profesional, sin fricciones. Quieren una experiencia segura y sin sorpresas.
No es imposible. Pero sí mucho más complicado.
Un comprador alemán o americano no entra a un portal local de Alicante o Valencia. Busca en Idealista, sí. Pero también en Rightmove, Green-Acres, Kyero, JamesEdition. Y ahí, si no estás, simplemente no existes.
Las redes internacionales como eXp tienen visibilidad directa en todos esos canales. Tú, por tu cuenta, tendrías que invertir muchísimo tiempo y dinero para lograr algo similar. Y aun así, probablemente, te quedarías corto.
Un extranjero que compra una casa en España, que ni siquiera vive aquí, busca seguridad. Procesos claros. Un equipo que hable su idioma y sepa cómo funciona todo: el NIE, la hipoteca, los impuestos. Si no te conocen, si no ven una marca detrás, si no tienes testimonios o referencia difícil que confíen en ti. Así de simple.
Gestionar una operación internacional no es lo mismo que venderle a alguien de tu ciudad. Hace falta un abogado. Un fiscalista. Un traductor. Las redes internacionales ya tienen esos recursos integrados. Tú, de forma independiente, tienes que montarlo todo. Y rápido. Porque el cliente no espera.
Claro que se puede. Pero hay que hacerlo bien. Muy bien. Y asumir que el camino será más largo.
Invierte en presencia digital multilingüe: no solo web, también redes y anuncios en inglés, alemán, francés.
Colabora con portales internacionales: paga por aparecer, selecciona zonas estratégicas, cuida la imagen.
Construye autoridad: vídeos, reseñas, testimonios, casos de éxito. No necesitas 100 ventas, solo unas cuantas bien contadas.
Asóciate con expertos: fiscalistas, abogados, bancos que trabajen con extranjeros.
Y cuida cada detalle: cada email. Cada llamada. Cada tour virtual. El comprador extranjero valora más la experiencia que el precio.
Es un cambio. Un salto. Pero te ahorras todo lo anterior. En eXp, por ejemplo, ya tienes acceso a canales globales, visibilidad internacional, soporte legal, herramientas de marketing, CRM, y una comunidad de agentes con experiencia en este tipo de cliente, además, tienes la posibilidad de colaborar con 85.000 agentes en 27 países. Todo en uno. Sin tener que construirlo desde cero.